Capítulo VII: Como yo nadie te ha amado.
Lloré y lloré y juré que no iba a perderte Traté y traté de negar este amor tantas veces Si mis lagrimas fueron en vano S al final yo te ame demasiado Como yo, como yo nadie te ha amado.
Cuanto más tiempo estaba allí sentado, menos ganas le daban de salir a enfrentarse a aquel problema… Las dudas se le hacían incipientes en la mente y se formaban solas, acompañadas de algo de miedo que le hacía recelar y recapacitar sobre su consciencia. Porque para nada estaban preparados, ni lo iban a estar en tan poco tiempo. Incluso llegó a pensar que Dan no estaría con ellos en esa batalla… pero gracias a algo divino, la chica estaba dispuesta después de haber hablado con Matt en el coche, los dos solos.
Alex estaba agotado, y aquello no había hecho más que empezar… Bueno, había empezado hacía cuatro años y por fin ahora tenían que terminarlo… o al menos intentarlo.
“Venga Alex, que hace nada estabas dispuesto a todo por Matt… ¡Y lo sigues haciendo!”
Se levantó del sofá y se sacudió, empezando a dar vueltas por la habitación. Iban a rescatar a Virginia y eso le parecía bien, no había ningún problema… quitando que no estaban seguros de que a Matt le volviera a dar un arrebato de instinto protector ante la vampiresa y entonces si tendrían un problema, un grave problema. Por otro lado estaba el tema del Restrictor con el que había hablado. Se iba a interponer en su camino, como ya había decidido el mismo día que había hablado con él, sin dudarlo lo más mínimo… pero que tuviera la ayuda de otros dos semicazadores era otra cosa. No había sentido en ellos el olor a polvo de talco, pero por su forma de moverse y sus gestos sabía que eran aprendices, y de los buenos.
Y de ahí las dudas.
-Alex…
Alex se giró, encontrándose con Dan y sus ojos pardos, que en pocas palabras le decía demasiadas cosas sin ella saberlo. Lo primero que vio fue la preocupación y el dolor. Le sonrió para mostrarle fortaleza… la cual a él mismo le hacía falta en ese momento.
Dan le devolvió una sonrisa forzada.
-¿Qué tal?-Preguntó el joven licántropo, cruzándose de brazos, para hacer el momento menos incómodo.- ¿Hace frío, verdad?
Dan se encogió de hombros, con una mano en el marco de la desgastada puerta.
-Quería hablar contigo de algo.-Dijo la chica.
Alex asintió, volviéndose a sentar en el sofá. Dan le imitó, sentándose a su lado.
-Cuando quieras...
Dan suspiró, buscando las fuerzas.
-Si a Matt le vuelve a dar… ya sabes, algo como lo de anoche, no quiero que lo detengas, ¿vale?
Alex frunció el ceño, observándola sin entender.
-¿Cómo?-El licántropo no lo entendía.
-Cuando vea a Virginia le volverá a pasar esto, estoy casi segura, ¿lo entiendes?-Alex asintió.-Así que no quiero que lo detengas por mi… a mi me da igual. Si él lo hace es por algo.
-Pero…
-Déjalo Alex… ¿vale?
-Pero Dan…
-En serio, Alex… ya he hablado con Matt y le he dicho lo que hay. Él me ha prometido que no pasará nada… pero no me lo creo, quiero hacerlo, de verdad, pero no puedo.-Explicó la chica, brevemente. Y sonrió, o al menos lo intentó.
Alex la escudriñó con la mirada. “Está loca”, fue lo primero que se le pasó por la cabeza. Pero claro… si al él mismo le había dolido oír que Matt quería proteger y amar a Virginia, ni se llegaba a imaginar lo que le había dolido a ella.
Asintió simplemente y le sonrió. No sabía como reaccionaría al ver a los dos vampiros juntos… así que de momento prefirió no pensar en el tema. Dan se fue minutos después, cuando supo que Alex no le diría nada más.
Quedaban minutos para el anochecer y que Matt despertara, Dan y él ya habían preparado todo y estaba en la ranchera a la espera de que montaran y se dirigieran a la dirección que habían encontrado en la caja. La foto se la había quedado Matt, al igual que el mechón de pelo. Lo que había hecho con ellos, eso solo lo sabía él.
Se volvió a levantar del sofá al notar la presencia de Matt subir del sótano.
-¿Estamos listos?-Preguntó la voz del vampiro.
Alex sintió.
-¿Y Dan?
-Está afuera, me cambio de jersey y salgo…-Dijo Alex, dejándoles un margen para que hablaran.
Matt asintió, vestía con unos pantalones de cuero estrechos, una camisa negra y sus botazas de puntera metálica más la gabardina. Salió de la casa y observó a Dan apoyada en la ranchera…
Todo mi dolor ha pasado yaCreo en el amor que nunca moriráEse mundo ideal, lo haces realidad.
Se acercó a ella y la observó, Dan le miró, pero en seguida cambio la postura y entró en la ranchera. Matt algo sulfurado, suspiró, si que le iba a costar si… Alex volvió y entró en la ranchera también.
-¿Estamos listos?
-Sí…
Matt arrancó y en silencio pusieron rumbo.
-¿Tenéis la dirección?-Preguntó el vampiro.
-Carretera 22.-Contestó Alex, monótonamente
…
-Baja las botas de la mesa, Jake.
Jake gruñó, pero bajó las botas de la mesa.
No entraba en sus planes tener a Yuh allí aquella noche… ni durante el día ni menos tener que estar cerca de él en mucho tiempo. Pero allí estaba, y más feroz que nunca. Se había plantado en la puerta del edificio abandonado que se habían adjudicado ilegalmente, aparcando el coche con un derrape que les había hecho creer que eran sus enemigos, y había aporreado la puerta como un loco. Los aprendices habían saltado de sus respectivas sillas y al abrir la puerta a punta de pistola, ballesta y crucifijo se habían llevado la sorpresa de ver a Yuh, empapado por la lluvia y con un brillo en la mirada que les hizo erizar el vello de la nuca. Jake bajó la ballesta y le miró, con poco cariño sobretodo.
-¿Qué cojones estás haciendo aquí?
-Yo también quiero mi venganza.
Y su voz no había sonado burlesca o infantil como solía hacerlo cuando estaban acompañados, si no como cuando estaban a solas y Yuh le trataba de aquella forma tan grotesca, utilizándolo para saciar su furia y ansia sexual.
Con una mano hizo que Drake, que llevaba la pistola, la bajara.
-Largaos.-Les ordenó.-Ir a ver como está la chupasangre…
-Si, señor.-Dijeron al unísono los chicos.
Yuh entró, empapando la entrada y quitándose la gabardina.
-Oye Smith…
Jasson se acercó a su líder.
-Dile a Marcus que no se acerque a este tío, ¿de acuerdo? Y tú lo mismo… quedáis avisados.-Jasson asintió sin entender.-Os quiero a los dos juntitos mientras esté pululando por aquí… y no os quedéis a solas con él, ¿te vale?
-Me vale… Pero…
-Sin preguntas. Lárgate.
Jasson se alejó de Jake, recelando un poco ante aquello que le acababa de decir su líder.
Jake había avisado a los chicos por propia experiencia… no quería que ninguno más volviera a pasar por lo que él estaba pasando.
-¿Me dices otra vez por qué estás aquí?
Yuh, que estaba sentado en un sillón junto al fuego para que sus ropas terminaran de secarse, miró al Restrictor de larga melena azabache y observó unos segundos la cicatriz de su cara.
-Por tu cicatriz…-Contestó.
Jake se llevó una mano a la cara, tocándose aquellas tres rayas.
-¿Mi cicatriz?
-La cicatriz de tu inocencia…
-Que te jodan.-Rugió Jake, levantándose del sofá.-Si no te he echado de aquí es porque están apunto de venir, lo sabes, ¿verdad?
-No es solo por Yih… si no por ti también…
-Como sigas hablando de ese tema te mataré Yuh, y me da igual terminar mi momento, ¿comprendes?
Yuh sonrió con sarcasmo.
No dijo nada más, allí ante el fuego, secándose. Jake volvió a sentarse y puso de nuevo los pies sobre la mesa. Pocos minutos después los aprendices llegaron.
-Todo en orden, Jake.-Dijo Drake, dejando la pistola en su lugar. Jasson hizo lo mismo con el crucifijo.
Jake asintió.
-Descansad un rato… lo necesitáis.
Los jóvenes asintieron, sentándose en un sofá muy alejado de Yuh. “Así me gusta… mirar pero no tocar, Yuh”, pensó Jake. Jasson había hecho un buen trabajo avisando a Drake. Estos chicos prometían.
Yuh les miraba en silencio, con sus ojos brillantes. “Estos no, Yuh, no mientras yo pueda sujetar una pistola y volarte los sesos”. Se había encariñado con ellos, para su desgracia… le recordaban a él mismo hacia unos años… Y pensaba protegerles de quién hiciera falta.
…
Habían dejado el coche alejado del lugar para que no supieran con el ruido que llegaban. Alex iba a la cabeza, guiado por su olfato de lobo y con el vampiro y la humana detrás. Iban preparados para lo que se tenían que encontrar…o eso creían ellos.
Las estrellas iluminaban la oscuridad del lugar ya que no dependían de la luna para nada, que brillaba menguante en el inmenso cielo. Alex estuvo tentado de aullarle, pero así lo único que hubiera hecho habría sido dictar su sentencia dándoles a sus enemigos su localización. Iban en silencio, solo se oían su pasos y porque no quedaba más remedio. Incluso sus respiraciones eran precisas y silenciosas. Dan iba detrás, con su estaca de madera y un chaleco antibalas que le había dado Matt y ella había aceptado a regañadientes. Matt iba en medio, había dejado la gabardina de cuero en la ranchera e iba con los tres botones superiores desabrochados, mantenía una mueca impenetrable e iba servido por sus colmillos y su velocidad. Alex, delante, olfateaba el aire con su hocico de lobo y estaba preparado para saltar sobre quien hiciera falta con sus zarpas por delante. Se paró de pronto, al reconocer el olor a polvos de talco y miró a Matt.
Este asintió, entendiéndolo.
Habían llegado.
…
Cada hora una eternidad,
Cada amanecer un comenzar,
Ilusiones nada más
Que fácil fue soñar.
Virginia estaba en las últimas sin alimento con el que mantenerse y notaba como su corazón, deseoso de sangre para bombear, latía cada vez más despacio. Yacía en su celda con el cabello rubio desparramado, abrazándose sin fuerza y sobretodo, con lágrimas de sangre por sus mejillas. Sabía que iba a morir allí y que Leonardo no volvería, pues estaba muy lejos de allí o muerto. La esperanza se le había escapado como un sueño al despertar y lo único que le quedaba a lo que aferrarse era su antigua y amada libertad.
La puerta se abrió dejando paso a la clara luz que le arrebataba la oscuridad, pero apenas tenía fuerzas para levantar la cabeza así que simplemente esperó a que sus opresores se acercaran a ella para ver que seguía viva y alejarse de nuevo para devolverle a la oscuridad. Pero eso no fue lo que pasó…
-¿Virginia?
La voz le era sumamente familiar.
Notó como alguien la estrechaba entre unos fuertes brazos y un olor familiar, con el que había compartido cama y ataúd durantes largas noches y días, entraba por sus fosas nasales. No pudo hablar, pues su garganta estaba tan seca que incluso respirar le hacía daño. Pero conocía a aquella persona… vampiro demasiado bien. Conocía su miedos y sueños… o al menos los antiguos.
-¿Virginia? Soy yo… Soy Matt… Matthew…
Virginia enfocó la mirada, antes desenfocada y clavó sus ojos oscuros en el bello rostro del hombre que estaba ante él, con sus fríos ojos azules que le habían dado tanto miedo el primer día y que ahora la miraban con cautela y preocupación. Su Salvación. Un Ángel Oscuro caído del cielo.
-M-Ma…tthew…-Pronunció con gran dificultad, tocándole con una mano debilitada el rostro.
-¡Alex, Dan, está aquí!-Gritó a alguien. La cogió del rostro y se lo llevó a su yugular, arañándose para que brotara la sangre.-Bebe de mi, Virginia…
Virginia notó la tibia sangre en sus labios y comenzó a chupar, deseosa de tomarlo todo. Como había hecho la primera vez que se habían visto, hacia ya más de un siglo.
Esta vez la pasión ha ganadoY por eso sigo esperando Como yo, como yo, nadie te ha amado
Matt notaba los labios de Virginia en su cuello, tomando su sangre, alimentándose de ella, reviendo de nuevo. Y con ello le vino más de un recuerdo amargo a la mente, de cómo la había amado y todo lo que hubiera hecho por ella. Y todo lo que sintió con su marcha, lo miserable de su existencia y el dolor de su pecho. Y ahora volvía a estar en sus brazos, débil, moribunda… Y no sentía ninguno de aquellos sentimientos que se habían apoderado de él hacia ya tanto, simplemente quería ayudarla por haberle convertido en un vampiro diferente al anterior… Gracias a ella podía regalar todo su corazón a Dan. Porque como él la había querido, no la iba a querer nunca nadie. Ni cien vampiros, humanos o lo que fuera. NADIE.
-Como yo nadie te ha amado…-Pronunció en voz maja.
Dan y Alex siguieron la voz de Matt, habían hecho bien en separarse al entrar en la “mazmorra” improvisada del viejo edificio. Entraron en la celda y se encontraron con la escena.
Virginia bebía de la vena de Matt y este los observaba con recelo. Dan desvió la mirada y Alex se quedó anonadado.
-¿Matt?-Y dio unos pasos hacia el interior de la celda.
Matt siseó, aferrándose a Virginia, que poco a poco recobraba las fuerzas.
-Joder, Matt… otra vez no…
-Alex… restrictores.-Dijo, comenzando a separar a Virginia de su yugular.
Alex se giró, se volvió a transformar en aquel gran lobo de pelaje cobrizo y olisqueó el aire, gruñendo.
-¿Dónde está Dan?-Preguntó Matt, cuando Virginia había soltado su vena.
-¿Aún te preocupas por mi?-La voz de Dan sonaba quebrada.- ¿Qué hay de tu instinto?
Matt la miró duramente.
-Ya te dije que mi instinto me pedía tus besos…-Replicó, encrespado. ¿Aún no entendía que la quería a ella? ¿Qué había dejado atrás el instinto vampiro y su amor por Virginia por lo que ella despertaba en él?
-¿Matthew… has venido a rescatarme?-La voz de Virginia le sacó de sus pensamientos. Y se malhumoró…porque se había jurado que si se volvía a topar con ella la despedazaría… pero cuando la había visto tirada en el suelo, moribunda, se había ablandado y se había compadecido de ella. “La chica venenosa”.
Oyó un soplido de Dan y el lobo se acercó a Matt para mirarle.
-Lo sé… lo noto…-Cogió de la mano a Virginia.-He venido a sacarte de aquí, sí… o al menos eso espero.
Virginia, que aún estaba débil y parecía más quebradiza que el cristal se tambaleó, pero ahí estaba Matt para sujetarla. Dan apretó los puños.
Alex observó a Virginia, frunciendo el ceño. “Tan bella, tan frágil”.
Oyeron los pasos presurosos de los restrictores acercándose a ellos. Alex ladró.
-Por aquí… vamos a salir de aquí si o si, ¿de acuerdo?
Alex miró con admiración a Matt, aquella fortaleza e inteligencia que tenía le parecían naturales en él. Salió primero por la puerta, seguido de Matt y Virginia dejando a Dan en la retaguardia.
-Tendremos que buscar una salida nueva Alex…-Alex ladró como respuesta. Matt se paró en seco y miró a Alex.- ¿Hueles eso?
Alex levantó el hocico y olfateó, aire limpio. Había una salida por allí cerca. Ladró y comenzó a seguir de nuevo esa pequeña oportunidad que les llevaba a la salida.
Y aún así, cuando lo hubieron conseguido y se alejaron del edificio, no estaban tranquilos.
Alex se sentó sobre sus cuartos traseros, con la lengua colando, observando a Matt, que le soltaba la mano a Virginia y esta se apoyaba sobre un árbol, algo mareada.
-Vale… esto ha sido demasiado fácil…-Comentó Matt, mirando a Alex. El gran lobo de pelaje cobrizo asintió.- ¿Dan como vas?-Le preguntó el vampiro a la chica. No hubo respuesta.- ¿Dan?-Matt la buscó a su alrededor, aterrado.- ¡Dan!
Alex se levantó de su posición. “Mierda… joder… ¡Me cago en Dios!” Y tuvo que retener de nuevo al vampiro, pero esta vez por Dan, a la que habían dejado atrás y no sabían si estaba bien.
-Alex… por favor… ¡Tengo que ir!-Suplicó Matt, a punto de entrar en un colapso nervioso de preocupación. Había ido demasiado confiado y ahora le tocaba pagar por ello. Por no querer fallar a Virginia había perdido a Dan… Sacudió la cabeza.-Alex… tenemos que volver… joder, ¡es Dan! ¡MI DAN!
Alex gruñó lastimeramente. Mierda… ¿y ahora qué podían hacer? Volvía a ser igual de peligroso o más entrar allí. Ahora sabían que estaban cerca y tenían a Dan… que con suerte seguiría viva para llegar a ellos… ¿Pero y si se habían enfadado tanto que habían matado a la chica? Sollozó como un cachorro al que le dan con la zapatilla. Y se puso delante de Matt por si volvía a salir disparado.
-Alex…
Alex ladró. No sabía qué hacer… Matt no sabía que hacer… La habían hecho bien. ¿Ahora qué tenían que hacer?
-Matthew…
Matt, temblando, miró a la vampiresa. Sentía que en cualquier momento su parte racional iba a sucumbir y el instinto iba a tomar parte en ello. Y quería que sucediera… si hacían daño a Dan… iba a acabar con todos… No pensaba volver a convivir con sus penas.
-Matthew… vamonos… ¿por qué estamos aquí aún?-Preguntó Virginia.
-Dan está ahí dentro… tenemos que volver.
Alex ladró apoyando la idea.
-¿Qué? Pero… Viniste a por mí porque me quieres… ¿verdad? Esa insignificante humana no es nada para ti, ¿recuerdas la veces que te juré amor eterno?
Matt no contestó. De nuevo los recuerdos volvían a él… pero no eran los que Virginia pretendía.
-Yo te quiero, mi Matthew…
Matt la fulminó con la mirada. “Vamos, Alex, dale duro”, Alex conocía demasiado bien esa mirada de El Terror de la Noche.
-Me la quieres volver a jugar, Virginia, pero ya no…-Sonrió con sorna.-Tsk… He aprendido la lección. Aunque como yo nadie te ha amado ni te amará nunca… ahora mi corazón pertenece a esa insignificante humana… Y voy ha hacer lo posible por salvarla… incluso más de lo que he hecho por ti.
Virginia, derrotada y con los ojos como platos observó a Matt alejarse entre los arbustos.
-Huye y ponte a salvo... no quiero volver a verte en mi camino…
Alex, moviendo la cola le siguió, ladró a Virginia con autoridad y se perdió entre los arbustos. Que orgulloso estaba de SU Matt.
…
Listen here, because it's only.I'm just a man, I'm not a heroJust a boy, who's meant to sing this songJust a man, I'm not a heroI -- don't – care.
Cuando su sentido había comenzado a pitar dándole la alarma de que el vampiro y el licántropo estaban dentro, se había enfurecido de tal manera que al levantarse del sillón donde estaba postrado con los pies sobre la mesa, había golpeado ésta con ferocidad, quebrándola en astillas, serrín y trozos de madera, había cogido la ballesta y había comenzado a correr por el edificio, maldiciéndolo por ser inmenso.
-¡Marcus, Smith-gritó a su subalternos-que no escapen!
Estos asintieron, armándose hasta los dientes y siguiendo a su jefe con voracidad en busca de la muerte de sus enemigos. Bajaron hacia la mazmorra improvisada, pero ya no estaban. La habitación en la que había estado encerrada Virginia estaba completamente desierta.
-¡Joder!-Rugió Jake, pegándole un puñetazo a la dura pared. Cuando separó el puño, le regaló su sangre.
-No están muy lejos…-La voz de Yuh le sorprendió tras de si. Se giró y lo observó. El traje se había convertido en un traje de lucha improvisado, con la camisa por fuera del pantalón, las mangas arrancadas y una escopeta en sus escuálidas manos enguantadas.-Podemos pillarles si nos damos prisa.
Jake barajó la situación. Era ahora o nunca, y él decidía ahora. Asintió enérgicamente y comenzó a correr la misma dirección que sus enemigos. Los iban a pillar por la espalda, y le daba igual si no era honorable… Le sudaba el rabo el honor, quería venganza, sentía sed de venganza. La vendetta le esperaba y él se dirigía a ella con los brazos abiertos y una sonrisa macabra en su rostro.
Tras él, los reclutas iban con sudor frío cayéndoles por su espalda, la batalla les llamaba al campo y ellos corrían armados hacía allí con su imponente líder delante. Y sabían que ellos dos juntos podrían hacerlo… Amigos ante todo, compañeros hasta la muerte.
Yuh seguía a los reclutas, con la imagen de su hermana en la mente, pronto podría dormir en paz, sin pesadillas ni malos pensamientos… Con la conciencia tranquila.
Yuh se paró en seco al notar que sus compañeros lo hacían.
-¿Qué…?
Un disparo lo interrumpió. Jake se llevó la ballesta al hombre, con una sonrisa.
-Chicos, volvemos a tener un cebo. Cebo vivo.-Y con una seña envió a los reclutas.-Yuh, prepárate, no se irán sin ella.
-¿Qué?
Jake esperó a que los reclutas llegaran hasta él y entonces Yuh se percató de lo ocurrido.
Una humana.
Sus enemigos viajaban con una humana a la que, sin saber por qué, habían dejado atrás.
Una sonrisa macabra se dibujó en su rostro, y sus ojos violetas brillaron en la semioscuridad.
-Señor… la humana…
-¿Está viva?-Preguntó Jake, sin darle mucha importancia, cargando de nuevo la ballesta con otra flecha de un carcaj sencillo.
-Sí, pero un milímetro más y le hubiera dado en el corazón…-Contestó Smith, que traía a la humana por los pies y a su vez, Drake la sostenía de los brazos.
-Bien, así se olerá la sangre de la amiguita de los vampiros.-Jake observó a la humana, inconsciente en los brazos de sus aprendices.-Vamos… habrá que cubrirse, cuando el vampiro se de cuenta de que su amorcito no está, vendrá a follarnos el culo.
-¿Amorcito?-Preguntó Yuh, mirando despectivamente a la humana.
Jake comenzó a caminar.
-¿No lo hueles?-Preguntó.-Está impregnada del aroma del vampiro… es suya, la ha marcado.
Yuh asintió, lo notaba. Sentía el vínculo de la humana con el vampiro. Y muchas ideas se pasaron por su cabeza… todas malas y perversas.
Cuando llegaron a su zulo, en el ala izquierda del edificio, atrancaron la puerta y se prepararon, todos con armas suficientes, para la venida de los enemigos. Tendieron a Dan en el sofá y Drake se ocupó de los primeros auxilios, a regañadientes, ya que era el único “enfermero” del grupo. Le sacó la flecha sin el mayor cuidado, despertando a Dan de su inconsciencia con brutalidad, que chilló de dolor, rasgándole la ropa negra que llevaba ella. Dan, malherida por la flecha, ni se removió, observando a los cazadores. Al principio no había sabido donde estaba, pero al notar el agudo dolor en el pecho y percatarse de la presencia de tanta gente desconocida, lo había entendido todo. Tendría que haber seguido a Matt y Alex… pero era una orgullosa y había cogido su propio camino, y ahora por eso, le tocaba pagar el pato. No iba a llorar, lo tenía asumido… iba a ser fuerte. Por ella misma, por Matt y por Alex, que harían lo mismo en su situación.
Drake la curó sin llegar a mirarla a los ojos, por si veía en ellos algo humano, le había dicho Jasson, que a su lado, le observaba y por la poca experiencia que tenía sabía que era grave y que si no se curaba bien podrían llegar a perder el cebo… es lo que tenía que la flecha hubiera rozado una arteria a conciencia.
Siguió sin mirarla a los ojos, estaban bien entrenados, y lo primero que les enseñaban era a no mirarle a los ojos a su presa a menos que fuera estrictamente necesario.
Minutos después, Jake se acercó a la herida, sentándose en un taburete enfrente de ella. La examinó, poco a poco la chica empalidecía. Qué buen disparo había efectuado, justo donde quería.
-Tranquila, querida, que dentro de poco tu dolor cesará.
Dan le sostuvo la mirada, en silencio, incorporándose con mueca de dolor para estar a su altura. Cada vez se sentía más débil y su sangre empapaba la venda improvisada que el chico del cabello rubio y ojos distantes y grises le había puesto.
-Ahora me vas a decir todo lo que sepas de tus amigos, ¿verdad que si, preciosa?
Dan, con los ojos vidriosos, le contestó con su silencio y la mirada más dura y con odio que jamás había echado a nadie.
Jake suspiró, no quería llegar a aquellos extremos, pero necesitaba saber algo más de los bichos. La golpeó con el raso de la mano, y la cara de Dan giró.
-Bueno, ¿y qué? ¿Vas ha hablar?
-Vete a la mierda…-Y Dan le escupió.
-Vale, té lo has querido.-La volvió a golpear, aún más fuerte. Se limpió el escupitajo y la volvió a golpear en el otro lado.-No es la ilusión de mi vida golpear a una humana… pero claro, si eres amiga de los vampiros entonces podría hacer un excepción… ¿Hablarás?
-Prefiero morir.-Contestó firmemente Dan, con algo de sangre en el labio inferior.
Jake sonrió macabramente, asustando aún más a la chica, que se encogió sobre sí misma y temió por su vida. Tendría que haber seguido a los otros, no haber cogido su propio camino… Y lo sabía, y lo peor de todo es que temía por Matt, porque su instinto le arrastrara a aquél zulo improvisado solo para salvarla y entonces ambos murieran.
Jake se alejó de ella y entonces Yuh se sentó en el taburete frente a Dan, cogiéndola del mentó y limpiándola la sangre del labio.
-¿Tu madre no te enseñó a tratar mejor a las mujeres?-Dijo, tratando con sumo cuidado a Dan, que no sabía cómo reaccionar ante el hecho.-A las señoritas se las tiene que tratar con cuidado y cariño… ¿verdad querida?
Los reclutas se miraron entre ellos, incluso Dan receló ante aquello y sintió miedo. Pero claro, ¿cómo no iba a sentir miedo así? Malherida como esta y sin fuerzas para luchar o, al menos, revolverse. Y encima, ahora este ser extraño se le acercaba con aquellos buenos tratos. Y lo peor de todo, notó que no era humano… que esos ojos violetas y brillantes para nada podían ser algo humano.
-Tranquila, yo cuidaré de ti…-Yuh observaba a la humana con interés. Habían encontrado un nuevo juguete que encima podía ser el punto débil de uno de sus enemigos. Brillante y a la vez escalofriante. Le apartó el cabello de la cara, fascinando con el cabello rizado de la chica.- ¿Cómo te llamas, cariño?
Dan no contestó, como era de esperar. Simplemente le observó en silencio, con miedo en los ojos. Jake, que se había apoyado en la pared, observaba a Yuh con la muchacha. ¿Qué coño estaría pasando por la mente del maldito bastardo? Cosas perversas, estaba seguro, pero no permitiría que se cargara a su cebo… al menos no todavía.
-Tienes cara de llamarte Elisabeth… Sí, te llamaré Elisabeth.-Dijo Yuh.
Jake suspiró.
-Deja al cebo en paz, Yuh.-Soltó de pronto Jake.-Me pones nervioso.
Yuh se giró, soltando a Dan y mirando a Jake.
-¿Celoso?-Preguntó, con una sonrisa maliciosa en su rostro pálido.
Jake alzó una ceja.
-Ni de coña.-Contestó firmemente Jake.-Y ahora, aléjate de ella.
Yuh se levantó del taburete.
-Primero alejas a estos niños de mi-y señaló a los reclutas que estaban juntos en una esquina de la habitación.-y ahora que ahogas la diversión con Elisabeth… ¿qué más mes vas a prohibir?
Jake le fulminó con la mirada.
-No tendrías que haber estado aquí… y lo sabes.
-Yo también quiero mi venganza, Jake, mi hermana murió la misma noche que Jeff… no sé si lo recuerdas.-La voz de Yuh se hizo dura.
Jake asintió y no dijo nada más. Entendía que quisiera su venganza… pero que no se comportara de aquella forma. Los reclutas y Dan observaron la escena en silencio, los tres con miedo...
…
A world full of killingAnd blood spillingThat world never came
Alex le aulló a la luna con todas sus ganas, avisando que iban a atacar.
Qué más daba ahora la prudencia y la cordura.
Ahora atacaban con el alma irracional del vampiro y la agresividad del licántropo. Iban a entrar ahí a llevarse todo por delante, pesase a quien pesase.
Iban a rescatar a Dan.
-Alex, atento… -Le avisó Matt, quitando de en medio todas la ramas que se le enfrentaban, sintiendo como el instinto iba a su par, dándole la fuerza y las ganas.
Alex asintió, moviendo las patas con avidez. Se sentía el amo de aquel bosque y de la luna que se imponía en el cielo.
Cuando llegaron al edificio, entraron echando la puerta abajo, aullándole de nuevo a la luna.
Y verás que en la vida hay que sufrir
y verás que en la vida hay que luchar
y al final si eres fuerte ganarás
no queda sino batirnos
no queda sino luchar
-Ya está aquí…
Los aullidos del lobo se oían por todo el edificio. Habían entrado sin un plan previo… o eso pensaban ellos.
Satisfacción.
Jake cogió su ballesta y el carcaj.
-Preparados, listos… ¡YA!